EL RUISEÑOR Y LA ROSA
OSCAR WILDE
EL RUISEÑOR Y LA ROSA
Adaptación hecha por Sandra Julieth Idárraga, Claudia Patricia Martínez Alzate, Mario Alejandro Ospina Flórez, Yeraldine Medina Ovalle y Alejandro Quintero
Para Rubiel Medina Quintero:
Obra de teatro de títeres.
PERSONAJES
Estudiante
Ruiseñor
Rosal blanco
Rosal amarillo
Rosal rojo
Hija del profesor
[Toda la acción de la obra transcurre en un Jardín exceptuando la última escena]
ACTO PRIMERO
ESCENA PRIMERA
Se abre el telón.
[A la izquierda, un árbol, hecho en cartón paja; de fondo pintado sobre un cartón paja, dos árboles más y algunas rosas de cualquier color, excepto rojas.]
Estudiante camina por el jardín hablando. Ruiseñor desde un árbol lo escucha.
Estudiante. Dijo que bailaría conmigo si le llevaba una rosa roja, pero no hay una sola rosa roja en todo mi jardín. ¡No hay ni una rosa roja en todo mi jardín! ¡Ah, de qué cosa más insignificante depende la felicidad! He leído cuanto han escrito los sabios; poseo todos los secretos de la filosofía y encuentro mi vida destrozada por carecer de una rosa roja.
Ruiseñor. He aquí, por fin, el verdadero enamorado. Le he cantado todas las noches, aún sin conocerlo; todas las noches les cuento su historia a las estrellas, y ahora lo veo. Su cabellera es oscura como la flor del jacinto y sus labios rojos como la rosa que desea; pero la pasión lo ha puesto pálido como el marfil y el dolor ha sellado su frente.
Estudiante. (Murmurando) El príncipe da un baile mañana por la noche y la hija del profesor asistirá a la fiesta. Si le llevo una rosa roja, bailará conmigo hasta el amanecer. Si le llevo una rosa roja, la tendré en mis brazos, reclinará su cabeza sobre mi hombro y su mano estrechará la mía. Pero no hay rosas rojas en mi jardín. Por lo tanto, tendré que estar solo y no me hará caso. No se fijará en mí para nada y se destrozará mi corazón.
Ruiseñor. He aquí el verdadero enamorado. Sufre todo lo que yo canto. Todo lo que es alegría para mí es pena para él. Realmente el amor es algo maravilloso, es más bello que las esmeraldas y más raro que los finos ópalos. Perlas y rubíes no pueden pagarlo porque no se halla expuesto en el mercado. No puede uno comprarlo al vendedor ni ponerlo en una balanza para adquirirlo a peso de oro.
Estudiante. Los músicos estarán en su estrado. Tocarán sus instrumentos de cuerda y mi adorada bailará a los sones del arpa y del violín. Bailará tan vaporosamente que su pie no tocará el suelo, y los cortesanos con sus alegres atavíos la rodearán solícitos; pero conmigo no bailará, porque no tengo rosas rojas para darle. (Se deja caer al césped. Llora).
Se cierra el telón.
ESCENA SEGUNDA
Se abre el telón.
[A la izquierda, un Rosal blanco, hecho en cartón paja; en el centro un Rosal amarillo, hecho en cartón paja; a la derecha, un Rosal rojo, hecho en cartón paja; detrás del Rosal rojo una pequeña habitación, hecha en cartón paja. Esta habitación tendrá sólo dos caras, la del frente y la de la izquierda. La cara del frente tendrá un hueco cuadrado.]
Ruiseñor. Rosal blanco. Rosal amarillo. Rosal Rojo.
Ruiseñor. (Volando hacia un rosal) Dame una rosa roja y te cantaré mis canciones más dulces.
Rosal blanco. No puedo. Mis rosas son blancas, blancas como la espuma del mar, más blancas que la nieve de la montaña. Ve en busca del hermano mío que crece en el centro del jardín y quizá el te dé lo que quieres.
Ruiseñor. (Volando hacia el centro del jardín) Dame una rosa roja y te cantaré mis canciones más dulces.
Rosa amarillo. No puedo. Mis rosas son amarillas, tan amarillas como los cabellos de las sirenas que se sientan sobre un tronco de árbol, más amarillas que el narciso que florece en los prados antes de que llegue el segador con la hoz. Ve en busca de mi hermano, el que crece debajo de la ventana del estudiante, y quizá el te dé lo que quieres.
Ruiseñor. (Volando hacia el rosal que crece debajo de la ventana del estudiante) Dame una rosa roja y te cantaré mis canciones más dulces.
Rosal rojo. No puedo, Mis rosas son rojas, tan rojas como las patas de las palomas, más rojas que los grandes abanicos de coral que el océano mece en sus abismos; pero el invierno ha helado mis venas, la escarcha ha marchitado mis botones, el huracán ha partido mis ramas, y no tendré más rosas que florecer este año.
Ruiseñor. No necesito más que una rosa roja, una sola rosa roja. ¿No hay ningún medio para que yo la consiga?
Rosal rojo. Hay un medio pero es tan terrible que no me atrevo a decírtelo.
Ruiseñor. Dímelo. No soy miedoso.
Rosal rojo. Si necesitas una rosa roja tienes que hacerla con notas de música al claro de luna y teñirla con sangre de tu propio corazón. Cantarás para mí con el pecho apoyado en mis espinas. Cantarás para mí durante toda la noche y las espinas te atravesarán el corazón, la sangre de tu vida correrá por mis venas y se convertirá en sangre mía. Así te daré la rosa roja más hermosa que jamás hubiere dado la tierra.
Ruiseñor. La muerte es un buen precio por una rosa roja y todo el mundo ama la vida. Es grato posarse en este jardín verdeante y mirar al sol en su carro de oro y a la luna en su carro de perlas. Suave es el aroma de los nobles espinos. Dulces son las campanillas que se esconden en el valle y los brezos que cubren la colina. Sin embargo, el amor es mejor que la vida. ¿Y qué es el corazón de un pájaro comparado con el de un hombre?
Se cierra el telón.
ESCENA TERCERA
Se abre el telón.
[Escenario, el mismo de la escena primera]
Estudiante, todavía en el césped llorando. Ruiseñor.
Ruiseñor. Sé feliz, sé feliz; tendrás tu rosa roja. La crearé con notas de música al claro de luna y la teñiré con la sangre de mi propio corazón. Lo único que te pido, en cambio, es que seas un verdadero enamorado, porque el amor es más sabio que la filosofía, aunque ésta sea sabia; más fuerte que el poder, por fuerte que éste lo sea. Sus alas son color de fuego y su cuerpo color de llama; sus labios son dulces como la miel y su hálito es como el incienso.
Estudiante. (Mirando al Ruiseñor. No comprende su lenguaje) El ruiseñor, el ruiseñor posee una belleza innegable, ¿pero será que siente? Me temo que no. Después de todo, es como muchos artistas, puro estilo, exento de sinceridad. No se sacrifica por los demás. No piensa más que en la música y en el arte; como todo el mundo sabe, es egoísta. Ciertamente, no puede negarse que su garganta tiene notas bellísimas. ¡Que lástima que todo eso no tenga sentido alguno, que no persiga ningún fin práctico! (Vuelve a su habitación. Se acuesta sobre su colchón de paja. Piensa en su adorada. Se queda dormido).
Se cierra el telón.
ACTO SEGUNDO
ESCENA PRIMERA
Se abre el telón.
[Escenario, el mismo de la escena segunda del acto primero. Con una tachuela por la parte de atrás, se agregará una luna en la esquina izquierda. Se usará una rosa roja real.]
Ruiseñor. Rosal rojo.
Ruiseñor. (Vuela hacia el rosal rojo. Coloca su pecho contra las espinas. Canta el nacimiento del amor. Las espinas del Rosal rojo penetran en su pecho).
Rosal rojo. (En una de sus ramas florece una rosa) Apriétate más, ruiseñorcito o llegará el día antes de que la rosa esté terminada.
Ruiseñor. (Apretándose más contra las espinas. Canta el nacimiento de la pasión).
Rosal rojo. (Los pétalos de la rosa ruborizan) Ruiseñorcito, aún mis espinas no llegan a tu corazón y por eso el corazón de la rosa que florece en mí sigue blanco. Apriétate más, ruiseñorcito o llegará el día antes de que la rosa esté terminada.
Ruiseñor. (Apretándose más contra las espinas. Las espinas tocan su corazón. Se lamenta de dolor. Sigue cantando. Canta el amor sublimado por la muerte).
Rosal rojo. (La rosa enrojece).
Ruiseñor. (Muere).
Rosal rojo. Mira, mira, ya está terminada la rosa.
Se cierra el telón.
ESCENA SEGUNDA
Se abre el telón.
[Escenario, el mismo de la escena segunda del acto primero. La luna se cambiará por un sol hecho en cartón paja.]
Estudiante.
Estudiante. (Asomándose por su ventana) ¡Qué extraña buena suerte! ¡He aquí una rosa roja! No he visto rosa semejante en toda mi vida. Es tan bella que estoy seguro que debe tener en latín un nombre muy enrevesado. (Arranca la rosa. Corre a casa del profesor llevando en su mano la rosa).
ESCENA TERCERA
Se abre el telón.
[A la izquierda, pintada de fondo, una casa.]
Estudiante. Hija del profesor.
Estudiante. (A la hija del profesor) Dijiste que bailarías conmigo si te traía una rosa roja. He aquí la rosa más roja del mundo. Esta noche la prenderás cerca de tu corazón, y cuando bailemos juntos, ella te dirá cuanto te quiero.
Hija del profesor. (De pie al lado de la puerta) Temo que esta rosa no armonice bien con mi vestido. Además, el sobrino del chambelán me ha enviado varias joyas de verdad, y ya se sabe que las joyas cuestan más que las flores.
Estudiante. (Con cólera) ¡Oh, qué ingrata eres! (Tira la rosa y la aplasta con sus pies).
Hija del profesor. ¡Ingrato! Te diré que te portas como un grosero; y después de todo, ¿qué eres? Un simple estudiante. ¡Bah! No creo que puedas tener nunca hebillas de plata en los zapatos como las del sobrino del chambelán. (Entra en su casa. Cierra la puerta).
Estudiante. ¡Qué tontería es el amor! No es ni la mitad de útil que la lógica, porque no puede probar nada; habla siempre de cosas que no sucederán y hace creer a la gente cosas que no son ciertas. Realmente, no es nada práctico, y como en nuestra época todo estriba en ser práctico, voy a volver a la filosofía y al estudio de la metafísica. A ver, Aristóteles decía que… (Apagando su voz).
Se cierra el telón.
Fin.
Terminada para Rubiel Medina Quintero
El 24 de marzo de 2010
GUIÓN DEL SUBMUNDO "LOS BURDELES DE MADAME PERLA"
LA CASA DE “MADAME PERLA”
Este guión fue creado por Mario Alejandro Ospina Flórez, Yeraldín Medina Ovalle, Sandra Julieth Idárraga Valencia y Claudia Patricia Martínez Alzate
Para Rubiel Medina Quintero
Obra de Teatro Sub-mundo
PERSONAJES
Madame Perla: Claudia P. Martínez A
Casandra: Sandra J. Idárraga
Esmeralda: Yeraldín Medina O
Rodolfo: Mario Alejandro Ospina F
(La acción de la obre se divide en dos escenarios, en el primero en la Cantina y el segundo en una de las habitaciones).
ACTO PRIMERO
ESCENA PRIMERA
(Es de noche y en casa de Madame Perla se encuentran platicando Perla, Casandra y Esmeralda)
Esmeralda: (Con tono agresivo y de reclamo) Mamá, ¡ya estoy harta de esta vida! No es justo que nosotras tengamos que vivir la vida que tú queras vivir.
Casandra: (En tono irónico y con una mirada burlona) ¡A ver hermanita! ¿Muy cansada de vivir cómodamente? ¿Entonces dinos qué quieres hacer? Porque si lo que deseas es salir de este mundo en el cual hemos crecido, también tienes que trabajar como mamá y yo lo hemos hecho para que sigas disfrutando de los privilegios a los cuales estas acostumbrada ¿o se te olvida que es por este oficio que puedes estudiar en la mejor universidad del país?
Esmeralda: (Con rabia y levantando la voz) ¿Y es que por venir de donde vengo no tengo derecho a cambiar y mejorar mi calidad de vida?
Madame Perla:(Interrumpe) Bueno, bueno ¡ya basta! me están enloqueciendo, dejen de discutir por tonterías y alístense ¡miren! ya empezaron a llegar los clientes ¡Ah! y tú Esmeralda hija, ya sabes pórtate bien para que nos vaya mejor y por favor sonríe que no estamos en un velorio.
ACTO SEGUNDO
ESCENA SEGUNDA
(Entran varios clientes entre ellos Rodolfo del Castillo, un importante empresario con el que Madame Perla desea casar a Esmeralda)
Madame Perla: (Saluda en tono de lambonería) ¡Bienvenido mi querido Rodolfo! ¿Tiempo sin verte, dónde te habías metido ah, no andarás en otros rumbos? (Tomándolo de la mano y girándolo) ¡Pero mira qué guapo estas! Definitivamente la clase no se improvisa.
Rodolfo: (Besándole la mano) Buenas noches mi querida Perla, tú tan encantadora como siempre. Cuéntame ¿Qué hay de novedoso hoy en este lugar?
Madame Perla: ¿Qué comes que adivinas? Pues sí mi querido Rodolfo te tengo preparada una sorpresita y de seguro te va a encantar.
Rodolfo: ¡Síííí! Entonces no nos hagamos esperar, a lo que vinimos.
(Madame Perla va en busca de Esmeralda y le hace las recomendaciones del caso)
Madame Perla: Ya sabes hija, este hombre es muy importante y como tú deseas ser diferente a nosotras pues ésta es tu oportunidad de darle un giro a tu vida ¡ah! Y cuidadito con hacerme quedar mal, el muy tonto cree que eres virgen así que a hacer lo que haces mejor, ¡fingir! Suerte cariño.
Esmeralda: (En actitud de ira y murmurando) Valiente madre la que me tocó. Pero que ni crea que me va a seguir utilizando más. Esta situación se va a acabar más rápido de lo que se imagina… ¡Que asco, con semejante viejo decrépito y asqueroso con el que mamá pretende casarme. ¡Ni loca! Este imbécil se va a llevar su sorpresita.
ACTO SEGUNDO
ESCENA TERCERA
(En la habitación Rodolfo espera “la sorpresa” de Madame Perla)
Rodolfo: Parezco un adolescente, quien lo creyera que a mis 45 años y con mi recorrido todavía sintiera esas cosquillitas en el estómago como la primera vez, en fin. (Entre tanto, Rodolfo se quita su chaqueta, desanuda su corbata y luego saca de debajo de su pantalón una pistola que coloca sobre una pequeña mesa al lado de la cama.)
Esmeralda: (Entra en la habitación y parándose en el umbral de la puerta y en una postura muy insinuante). ¡Hola! Puedo pasar
Rodolfo: (Sorprendido por la belleza y candidez de Esmeralda tartamudea) ¡Popoporsupuesto! ¡Adelante!
(Esmeralda entra y se sienta sobre la cama, se recoge el cabello mientras cruza las piernas Rodolfo sentándose al lado de Esmeralda le toca el rostro mientras trata de meter la mano por entre su vestido).
Esmeralda: Con calma cariño, que para eso tenemos toda la noche.
Rodolfo: Pero es que la noche pasa muy rápido y no quiero perderme ni un segundo de tu compañía. ¿Te parece si empezamos de una vez?
Esmeralda: ¡Como tú quieras!
(En la cama teniendo sexo……)
Rodolfo: ¡Esto que significa! ¿Por quién me has tomado maldita perra, creíste que me ibas a engañar con esa carita de ángel?
(La agarra del cabello y empieza a golpearla, Esmeralda toma de la mesa la pistola y mata a Rodolfo. Irrumpen en la habitación Casandra y Madame Perla).
Madame Perla: ¿Qué has hecho por Dios?
Esmeralda: Lo que debí haber hecho hace mucho tiempo.
Casandra: Eres una maldita estúpida.
Esmeralda: Una mentira nunca termina bien.
Terminada para Rubiel Medina Quintero
Marzo 28 de 2011